martes, 29 de julio de 2014

Reforma Amanda

A través de una página de una red social, llegué a esta web:
http://duelogestacionalyperinatal.com/reforma-amanda/

En ella se habla del deseo de poder inscribir en el Registro Civil y por tanto que aparezcan en el Libro de Familia los bebés fallecidos dentro del vientre de su mamá a partir de los 180 días de gestación. Se pide un cambio en el art 30 del Código Civil.

Personalmente me parece muy bien porque hay que considerarlos como personas que vivieron y murieron. En mi caso por ejemplo, ¿qué diferencia habría entre mi bebé que murió en la semana 39+5 y otro que naciera en la 38 por ejemplo y muriera al día siguiente? En teoría, mi bebé aún vivió más tiempo... Sé que no se puede comparar el que muera dentro o fuera del vientre materno pero me refiero a que mi hijo le tocaba ya nacer. De hecho, mi segundo hijo, nació en la 38+2.

He firmado la petición en www.change.org. Por favor, si lees esto, ayúdanos con tu firma. Este es el enlace:

http://www.change.org/es/peticiones/al-sr-ministro-de-justicia-d-alberto-ruiz-gallard%C3%B3n-queremos-poder-inscribir-a-nuestros-bebes-fallecidos-en-el-registro-civil-y-en-el-libro-de-familia-reforma-amanda
GRACIAS!!!

Si pudiera volver atrás...

Hay días como hoy en los que siento mucha rabia. ¿Por qué tuvo que morir Álex? A veces tengo la sensación de que es como si no hubiera pasado. Recuerdo haber estado embarazada nueve meses, haber tenido un parto, haber visto a mi hijo pero... ¿qué me llevé de ahí? No salí con él en brazos y con la enorme felicidad que se supone que conlleva un parto.

Ojalá pudiera volver atrás en el tiempo. Ojalá hubiéramos detectado arritmias o que algo no iba bien para poder intervenir de inmediato. Lo quiero y no lo tengo conmigo. 

Me da rabia pensar que el resto del mundo lo pueda haber olvidado. Quiero que todos lo tengan en cuenta, que me lo recuerden y no que hagan como si no hubiera existido.

Todavía me caen lágrimas al pensar en él. Al ver a su hermanito hacer miles de cosas y pensar que él jamás las pudo hacer. Jamás nos pudo ver, a sus papás, que tanto lo queríamos y deseábamos darle todo nuestro amor.

¿Por qué tuvo que pasar? 

Si pudiera volver atrás en el tiempo, me gustaría haber estado con él y con mi marido a solas tras el parto. Haber tenido unos minutos de intimidad donde poder despedirnos más tranquilamente ya que en el paritorio había mucha gente y todo pasó muy rápido.  Tan sólo me lo enseñaron y lo miré, pero no lo tuve entre mis brazos porque no dije nada. Me quedé callada. No sé si por el bloqueo de la situación o por los tranquilizantes.

Antes de su entierro estuvimos a solas con él pero...ya no era lo mismo. Además, él ya estaba en su ataúd y no lo podíamos sacar, ni abrazar... y ya estaba completamente helado. Tan helado que hacía más real su muerte. Como me duele recordar esos momentos. Que mal lo pasé y cuantos momentos dolorosos tendré al recordarlo hasta el día de mi muerte que lo cogeré en brazos para siempre.





miércoles, 18 de junio de 2014

Bebés invisibles

Aquí os dejo el link de un bonito vídeo de dos mamás contando su experiencia ante la pérdida de sus bebés.
Porque dar vida es un milagro y no siempre los embarazos acaban bien.

sábado, 14 de junio de 2014

La importancia de los bebés arco iris

Desconocía el término "bebé arco iris" hasta hace poco.

Tras una pérdida, el vacío que queda es enorme. Las ilusiones, los proyectos, las ganas de vivir nuevas experiencias, el amor que no se da... todo hace que, durante un tiempo, no se le vea sentido a nada.

El dolor es tan grande que crees que nada volverá a ser como antes. Y, así es pero, con el tiempo, necesitas volver a intentarlo. Necesitas una nueva razón para sentirte mejor.

Personalmente, he de decir que, mi segundo embarazo fue un infierno porque tuve miedo desde el primer hasta el último día pero, me alegro muchísimo de haberlo hecho tan rápido pues, gracias a Hugo (mi bebé arco iris) tengo alegrías cada día, nuevas ilusiones y afronto la vida de otra manera. 

Sin él, seguiría con la tristeza en mi rostro. No es que ahora no piense en Álex. Jamás dejaré de hacerlo. Pero la pena se hace más llevadera.

Hugo es lo más bonito que tengo. Con una mirada suya se me van todos los males y, aunque tenga ahora lágrimas en los ojos porque todo lo que él me hace sentir es maravilloso y con Álex no lo pude vivir, me hace feliz.

Cuando sea mayor le contaré todo: que tiene un hermanito en el cielo que cuida de todos nosotros, que él trajo la alegría a casa en un momento muy duro de nuestras vidas... y que, si no fuera por él, a saber que hubiera sido de nuestras ellas.

Gracias por existir Hugo.


(Imagen tomada de la página de Facebook de "Mirar al cielo")

viernes, 9 de mayo de 2014

No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti

martes, 29 de abril de 2014

Siempre conmigo

Yo nunca he sido de tatuajes pero, desde que murió Álex, se me puso la idea en la cabeza. Me esperé un año, por miedo a que me pudiera arrepentir y, tras nacer mi segundo hijo, como seguía sintiendo ese deseo, me lo hice.

martes, 22 de abril de 2014

Sigo soñando con él

Aunque pase el tiempo, sigo teniendo pesadillas. Revivo una y otra vez su muerte. A veces tal cual pasó,  otras de forma diferente pero,  el final siempre el mismo: muere.

Lloro tanto en mis sueños... Son tan reales... El dolor es tan grande... ¿Cuándo pararán estas pesadillas? ¿Algún día soñaré con él sin sufrir?

Por lo que veo, en el día a día,  el tiempo calma el dolor pero éste jamás desaparece y se pone de manifiesto en el subconsciente, mientras duermo . Ha pasado un año,  cuatro meses y veinte días pero sigo sintiendo dolor y pena por no tener a mi pequeño.

Pensaba que cuando tuviera a mi segundo hijo, Hugo,  los sentimientos cambiarían porque lo quiero con locura y desde que él nació estoy mucho mejor y tengo alegrías cada día  pero, sigo sintiéndome mal cuando pienso en Álex,  que es cada día.  Sigo mirando a los niños que tienen la edad que él tendría con nostalgia. Siempre tendré esa espina clavada. Ese amor que no pude dar.  Esas ilusiones perdidas y un sinfín de sentimientos malos, llenos de dolor.

Nunca pensé que me pudiera afectar tanto. Al fin y al cabo, no nació vivo pero...esos nueve meses dentro de mi, fueron suficientes para quererlo para toda la vida. Porque mientras  él vivía yo era muy feliz y desde que murió,  creo que no lo he vuelto a ser al 100%. Una parte de mi murió con él. Puedo reir por fuera mientras lloro por dentro. Puedo tener más hijos y ser feliz con ellos pero,  siempre pensaré en él,  en lo que pudo haber sido y no fue.

martes, 15 de abril de 2014

La muerte se impone

Así es, día tras día podemos comprobar como la muerte deja su huella. 

Familias enteras quedan destrozadas por la marcha de ese ser querido. Una marcha a veces previsible, otras repentina. Dolorosa igualmente.

Cuando le toca al prójimo sentimos lástima pero, cuando nos atañe... ¿qué sentimos? Yo desgraciadamente perdí a mi padre el 10 de septiembre de 2012 de forma inesperada. En tres días se fue tras una vida llena de salud y lo peor de todo es que se fue por una sucesión de malas actuaciones médicas. 

Ese hecho me dejó paralizada. Algo que yo jamás iba a imaginar que pasara en ese momento. Lo recuerdo todo perfectamente. Cómo sucedió, todos los detalles de esos 3 días,  conversaciones enteras e incluso la ropa que llevaba. Es increíble como la mente humana guarda esa serie de datos,  algunos innecesarios, para crear la historia de lo sucedido.

Un shock. Como ya he dicho, algo que oía,  pero no pensaba que le iba a pasar a mi padre. De repente, tras una vida llena de trabajo, cuando más estaba disfrutando, dejó de existir. 

En este caso, la muerte se impuso. Sin temerla en ningún momento,  sin verla venir. Vino.

Con ese dolor tan grande, con ese vacío, tenía un motivo de alegría y es que llevaba dentro de mi a Álex. Estaba embarazada de 6 meses y medio. Él me hizo afrontar su pérdida de otra manera. 

Pero, la muerte se impuso de nuevo. Esta vez se llevó a Álex. Madita muerte, que me quitó en tres meses a mi padre y a mi hijo. ¿Por qué? ¿Tan mal se había portado mi familia para tener esos castigos? ¿No se supone que si eres bueno recoges cosas buenas? pues no... está claro que no. La muerte llega a todos. Buenos y malos.

Esto pone de manifiesto lo que todos decimos en estas ocasiones pero se nos olvida en el día a día.  Que tenemos que aprovechar cada momento,  vivir intensamente e intentar ser feliz porque todos tenemos un final y no sabemos cuando llegará. 

Es muy triste pensar que puedan morir las personas que quieres o que incluso tú mismo puedas morir; pero así es.  Vivimos para sufrir la pérdida de quienes amamos. 

La pregunta es ¿Si yo muriera hoy, estaría orgullosa de lo hecho en vida? ¿Moriría en paz? Una cosa tengo clara, espero no morir todavía pero, cuando llegue el momento, no estaré sola. En la Tierra dejaré mucha gente que me ama y en el Cielo estarán mi hijo y mi padre para recibirme.

Mientras tanto, seguiré viviendo, intentando ser feliz con lo que tengo y asumiendo lo que me falta. 

jueves, 3 de abril de 2014

Aún habiendo sido precavida

Mira que habíamos sido precavidos mi marido y yo.

No empezamos a comprar nada de lo necesario para Álex hasta que estuve de 7 meses por miedo a que pasara algo. Lo único que habíamos pedido era el conjunto de paseo pues nos decían en la tienda que tardaba dos meses y por si era sietemesino (ingenua de mi), lo pedimos.

Asi que, cuando se acercaba la fecha probable de parto, me entró el "síndrome del nido" que llaman y las prisas por tenerlo todo a punto. Nos pasamos los dos últimos meses comprando todo y yo, por mi manera de ser, agobiando a mi marido "tenemos que comprar esto", "tenemos que hacer lo otro", ir al cine y a cenar por ahí que luego no podremos... en fin, cosas de esas, pensando que nuestros momentos de pareja se iban a ver perjudicados y serían nuestros últimos días de estar solos.

Era consciente, aunque evidentemente nadie está preparada, de que podría tener un aborto los 4 primeros meses, que el bebé pudiera tener alguna malformación o que algo malo pasara en el parto y le provocara alguna deficiencia pero, una vez pasados los nueve meses y todas las pruebas bien, lo que menos podía imaginar es que llevara dos vueltas de cordón y se muriera dentro de mi a dos días de su llegada.

Todas mis ilusiones, todas mis expectativas, todo mi amor, las ganas de verlo crecer feliz y educarlo lo mejor que pudiera... ¿dónde quedaban ahora?

Eso era lo que pensaba los primeros días hasta que pasé a pensar sólo en él: no podrá conocer a su mamá y a su papá, no podrá abrir los ojitos, experimentar el calor humano y todas sus emociones, no podrá caminar, tener amigos, tener un futuro... no podrá hacer nada porque, de un momento a otro, ha dejado de existir.

Así que lo que yo sintiera por mi, quedó de lado y vino un dolor más grande al pensar sólo en Álex, en lo que pudo ser y no fue... 

Tengo un secreto

Te tengo un secreto.


Uno del que nadie habla. Los bebés mueren, tus sueños quedan destrozados y algunas veces los corazones no sanan sin cicatrices visibles. Trata de arreglar el tuyo de todos modos.

Te tengo un secreto…

La gente no entiende. Algunos tratarán, otros mirarán hacia otro lado mientras otros te agredirán por contar la historia de la muerte de tu hijo. Compártela de todos modos.

Te tengo un secreto…

Yo tengo un hijo. Puede que no lo veas, pero es real y también lo es mi título de mamá. Y estoy orgullosa de mi rol como madre!

Te tengo un secreto…

Aunque este sonriendo, me muero por dentro. Puede que no hable de cómo sucedió porque cuando mi hijo murió una parte de mi también lo hizo, pero hablar y compartir es la única forma que conozco para calmar el dolor. Necesito que puedas hacerme un lugar para lo incómodo, para lo real y las verdaderas emociones de depresión, desesperación, dolor y pena de mi experiencia. No se supone que de eso trata ser amigos y humanos de todos modos?

Te tengo un secreto…

Estoy enojada de que mi hijo murió. Por qué yo? por qué mi hijo? Me pregunto a mí misma, a Dios, sin ninguna respuesta. Por qué nos tuvo que pasar esto?

Te tengo un secreto…

Estoy celosa de que tengas a tu hijo y yo no tenga al mío. Si, lo dije. Qué vas a hacer con mi envidia de todos modos…?

Te tengo un secreto….

Siento que es mi culpa que mi bebé muriera. Siento que tendría que haber sabido más. Pero no voy a aceptar esa culpa, voy a buscar la forma de perdonarme.

Te tengo un secreto…

La gente va a evitar escuchar tu dolor, incluso si no tratas de esconderlo. Aquellos que no conocen tu dolor se asustarán de la forma con la que expresas tu pena. Habla sobre eso de todos modos.

Te tengo un secreto.

Mi bebé murió. Y ya no quiero sentir que tengo que esconderlo.

De todos modos… ya no es un secreto.

Traducción de texto de Revista Still Standing. 
Link al artículo original: http://stillstandingmag.com/2014/04/ive-got-secret/

jueves, 27 de marzo de 2014

Return to zero

¿Conocéis la película Return to zero?


RETURN TO ZERO se basa en la historia real de una pareja de éxito que se está preparando para la llegada de su primer hijo. Apenas unas semanas antes de su fecha probable de parto quedan devastados al descubrir que su hijo recién nacido ha muerto en el vientre.


Maggie y Aarón intentan seguir adelante con sus vidas, pero no pueden escapar de su dolor. Sus vidas y sus relaciones han sido alteradas para siempre por esta pérdida. Ellos tratan de hacer frente de diversas formas - a través de la negación, escape, y el alcohol - pero cuando Maggie finalmente descubre que Aaron está teniendo una aventura con una compañera de trabajo, ella decide poner fin al matrimonio.

Justo cuando Maggie cree que ha comenzado una nueva vida, ella descubre que está embarazada de Aaron (de una última escapada a Las Vegas 'para salvar su matrimonio' .) Con la ayuda de un médico comprensivo que experimentó hace años una pérdida similar, Maggie finalmente se aflige por la pérdida de su hijo. Entonces ella y Aaron se unen para hacer frente a un embarazo turbulento y aterrador.


Es la primera película que trata el tema de la muerte intrauterina. Estamos haciendo campaña para que se pueda ver en los cines de España.



Animaos, seguidnos en nuestro Facebook, dadle al ME GUSTA y COMPARTID!
Muchas gracias!



jueves, 13 de marzo de 2014

Carta para Álex el 17/01/2013

Desde el inicio de mi embarazo empecé a escribir un diario donde recogía mis sentimientos, reflexiones, experiencias, fotos... con la idea de regalárselo cuando tuviera la edad suficiente como para entenderlo.

El 17 de enero de 2013, le volví a escribir:

Ya ha pasado un mes y 16 días y no dejo de pensar en ti. No puedo dejar de sentirme muy triste porque no te he podido tener entre mis brazos, no he podido verte con los ojitos abiertos, disfrutar de una sonrisa tuya, cogerte de las manitas, darte calor...
Te quiero muchísimo y no puedo olvidarte. A veces, me da la sensación de que ha sido todo un sueño. Siento mucha rabia e impotencia. 
Ojalá el dolor por haberte perdido deje paso a la alegría por haberte tenido. 
Te quiero y siempre te querré.

En ese momento yo ya sabía que no lo iba a leer pero lo escribí. Me gusta escribir mis pensamientos. Me relaja, me ayuda a sacarlo fuera. 

lunes, 10 de marzo de 2014

Webs relacionadas

http://eraenabril.foroactivo.com/t3373-estrangulamiento-del-cordon-hipoxia

http://www.bebesymas.com/embarazo/la-vuelta-de-cordon-umbilical-en-el-cuello-del-feto

http://www.bebesymas.com/parto/circular-de-cordon-que-pasa-si-se-enreda-el-cordon-en-el-cuello-del-bebe

http://espanol.babycenter.com/a10300019/entender-el-nacimiento-sin-vida-o-imortinatoi

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/11/10/mujer/1289402614.html


Dar a luz un hijo sin vida

En ese momento lleno de angustia y pesar donde no tienes ganas ni de respirar, faltaba pasar por otra situación: el parto. ¿Cómo te enfrentas a un parto donde sabes que tu bebé no va a salir llorando, que no lo vas a poder ver con los ojitos abiertos, que se va a separar de ti para siempre?

Pues bien, lo haces como una sucesión de acontecimientos donde tu lo único que deseas es que pase todo rápido, que sea todo una pesadilla y despertar rápidamente.

La verdad que todo el equipo médico se portó genial y no padecí ningún dolor. Al menos, eso fue positivo.

Cuando salió la cabecita de mi bebé se pudo observar la causa de la muerte: dos circulares apretadas de cordón en el cuello que hicieron que dejara de respirar. El cordón que le daba la vida, fue quien se la quitó.

Menuda rabia e impotencia sentimos en ese momento. Las circulares de cordón es algo que pasa muchas veces pero que causen la muerte, pocas. Y le tocó a Álex, a nuestro bebé. A nuestra razón y motivo de alegría diario.

Al principio dije que no lo quería ver pero,  a los minutos me arrepentí y quise ver su carita angelical. Era igual que su papá. Con el tiempo me he arrepentido de no darle ningún abrazo o cogerlo en brazos. Tan sólo lo miré. Miré su carita y la gravé en mi mente sabiendo que no la volvería a ver.

Álex

Hoy hace un año, tres meses y nueve días que perdí a mi primer hijo, Álex.
Álex fue un niño buscado y muy deseado. Tuve un embarazo perfecto, sin náuseas, mareos, todas las pruebas bien, físicamente me encontraba genial, engordé poco, estaba feliz, entusiasmada, ansiosa... a la vez que con el miedo típico a lo desconocido y a la responsabilidad que conllevaba ser mamá. Y, una fatídica noche, un sábado 1 de diciembre, cuando faltaban dos días para la fecha probable de parto, me di cuenta de que Álex no se movía.

Comí chocolate, cambié de posición, hice todo lo que se me ocurría y desgraciadamente, seguía sin moverse. Muy asustada, se lo dije a mi marido y estuvimos un rato pensando qué hacer. Pensábamos que no sería nada. Él me tranquilizó bastante aunque, una parte de mi, no dejaba de temblar porque, tenía un mal presentimiento.  Creo que yo, en ese momento, ya sabía que Álex no estaba vivo pero era como si mi mente no lo aceptara, como si no me pudiera entrar en la cabeza que, a dos días de la semana 40, se pudiera morir mi bebé.

Fuimos a casa de unos amigos que tenían un aparatito para escuchar el latido del corazón. Serían ya las doce de la noche. Me lo puse y, costó mucho escuchar algo.  Después de varios intentos, oímos algo lejano que, dimos por hecho, que era su latido y nos fuimos a casa más tranquilos aunque yo no dormí casi nada esa noche tocándome la barriga en todo momento temiéndome lo peor porque mi hijo seguía sin moverse. Ahora sigo culpándome por no haber ido al hospital en ese mismo momento pues, si hubiera sido su latido que se iba apagando, quizás lo hubieran podido salvar. Por otra parte, pienso que él ya estaba muerto y lo que se escuchó fue el mío. No lo sé y nunca lo sabré. Siempre viviré con esa culpa. Con la impotencia de no haberme dado cuenta antes.

El domingo por la mañana ya no podía más. Estaba muy nerviosa. Llamamos a la matrona y fuimos al hospital. Me puso monitores y no se escuchaba nada. Me hizo una ecografía y ahí se vio. Todo en blanco y negro. No estaban el azul y rojo propios de los latidos del corazón.  Mi bebé estaba muerto.

Muerto, que palabra más potente. Nadie sabe lo que es hasta que le toca de cerca. Todo cayó a mis pies. Cada vez que lo pienso, se me pone un nudo en el estómago. Fue el peor momento de mi vida. Mi hijo muerto. No me lo podía creer. Nadie está preparado para que su bebé muera antes de nacer pero menos tras una gestación perfecta de nueve meses. Todo lo que había soñado acabó en ese mismo instante.

Ahí comenzó mi infierno sobre todo porque hacía tres meses que había perdido a mi padre inesperadamente. De pronto, sentí dos muertes: mi padre y mi hijo.

¿Por qué este blog?

Llevo muchísimo tiempo pensando en hacerlo y, por fin, hoy me he decidido. Supongo que era necesario que pasaran ciertos meses para poder hablar del tema con serenidad. 

Quiero tener este blog en memoria de mi primer bebé; para que todo el mundo sepa que vivió dentro de mi nueve meses; que me hizo la mujer más q feliz del planeta; que, aunque no naciera vivo, lo quiero muchísimo; y que nunca me olvidaré de él. Así que nadie lo intente, que nadie le quite importancia porque para mi es igual que mi segundo hijo: carne de mi carne y fruto del amor que nos tenemos mi marido y yo.

Espero que sirva de apoyo para familias que estén pasando o hayan pasado por experiencias similares porque esto no sé si se supera, pero aprendes a vivir con esa pena ya que el tiempo cura las heridas, pero quedan las cicatrices que recuerdan el dolor.